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(las peores píldoras las mejores píldoras) agosto 2012
Los ancianos con enfermedad de
Alzheimer y otros tipos de demencia comúnmente desarrollan depresión. La
terapia de primera línea para estos pacientes rutinariamente incluye fármacos
antidepresivos. Sin embargo, los estudios que evalúan la efectividad de estos
medicamentos para la depresión en pacientes con demencia incluyendo un estudio
bien diseñado y de gran tamaño, publicado en la revista británica The Lancet
sugieren que los antidepresivos ofrecen poco beneficio e incrementan el riesgo
de efectos adversos.
Una visión de la demencia y la presión en el anciano
La demencia está causada por un
deterioro progresivo del cerebro, que termina dando lugar a empeoramiento de las
capacidades cognitivas y a pérdida de memoria. Los pacientes con demencia no
pueden llevar a cabo de forma adecuada muchas de las actividades normales de la
vida diaria. La enfermedad de Alzheimer,
la causa más común de demencia entre los ancianos, da cuenta de más de la mitad
de todos los casos. Otras causas incluyen pequeños y múltiples accidentes
cerebrovasculares, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y la
esclerosis múltiple.
Detectar la depresión en
pacientes con demencia puede ser difícil. Los síntomas de depresión pueden
confundirse con la progresión de la demencia subyacente. Los siguientes pueden
ser síntomas de depresión en pacientes con demencia.
-
Aumento de la confusión o de los olvidos
-
Agitación, nerviosismo o irritabilidad
-
Pérdida de apetito
-
Descenso del peso
-
Cansancio y falta de energía
-
Retraimiento, aislamiento de las otras personas
del entorno
-
Disminución de la locuacidad
-
Pérdida de interés o placer en actividades que
antes le resultaban agradables
Pensamientos de
muerte o suicidio
Dificultades para
dormir o sueño excesivo
Las opciones de tratamiento para la depresión incluyen
fármacos (ver la tabla contigua) e intervenciones psicosociales y conductuales,
incluyendo ejercicio y programas de terapia ocupacional.
Antidepresivos
disponibles en USA
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Tipo de antidepresivo
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Nombre genérico
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Nombre comercial en
USA
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Nombre comercial en
España
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notas
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Inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
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citalopram
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Celexa
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Seropram, Prisdal
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**
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escitalopram
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Lexapro
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Cipralex, Esertia
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*
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fluoxetina
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Prozac, Sarafem
|
Prozac, Adofen
|
**
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fluvoxamina
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Lovox
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Dumirox
|
**
| |
paroxetina
|
Plaxil, Pexeva
|
Frosinor, Seroxat
|
**
| |
sertralina
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Zoloft
|
Aremis, Besitran
|
**
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Inhibidores de recaptación de
serotonina y noradrenalina (IRSN)
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desvenlafaxina
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Pristiq
|
No disponible en
España
|
***
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duloxetina
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Cymbalta
|
Cymbalta, Seristar
|
*
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venlafaxina
|
Effenxor, Effenxor
XR
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Vandral, Vandral retard
|
**
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Antidepresivos
tricíclicos
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amitriptilina
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Ninguno, solo disponible en genérico
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Tryptizol, Deprelio
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*
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desipramina
|
Norpramin
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No disponible en
España
|
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doxepina
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Silenor, Zonalon
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Sinequan
|
**
| |
imipramina
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Tofranil, Tofranil PM
|
Tofranil, Tofranil pamoato
|
**
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nortriptilina
|
Aventyl, Pamelor
|
Norfenazin, Paxtibi
|
---
| |
protriptilina
|
Vivactil
|
No disponible en
España
|
---
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trimipramina
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Surmontil
|
Surmontil
|
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otros
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bupropion
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Aplenzin,
Wellbutrin, Zyban
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Elontil, Zyntabac
|
**
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mirtazapina
|
Remeron
|
Rexer
|
**
|
* no
utilizar en ancianos
** utilidad
limitada, ofrece beneficios limitados o para ciertos sujetos o condiciones
*** no
utilizar hasta siete años después de su aprobación
---- sin
comentarios
El estudio en The
Lancet
En un estudio publicado el 30 de julio del 2011,
investigadores de UK condujeron un ensayo aleatorizado, controlado con placebo,
el patrón oro en el diseño de ensayos clínicos, para la comparación de dos
fármacos antidepresivos en el tratamiento de la depresión en pacientes con
demencia. El estudio implicó los fármacos sertralina (Zoloft, un inhibidor
selectivo de la recaptación de serotonina) y mirtazapina (Remeron, un
antidepresivo noradrenérgico y serotoninérngico específico).
Los investigadores enrolaron a 326 sujetos, procedentes de
nueve clínicas psicogeriátricas, con probable o posible enfermedad de Alzheimer
y depresión, lo que convertía a este estudio en el mayor ensayo clínico
randomizado jamás realizado para evaluar fármacos antidepresivos en este tipo
de pacientes. En una editorial publicada
en The Lancet junto con el estudio, Dr Henry Brodaty, un experto en demencia,
señalaba que “este estudio marca un hito, es el mayor ensayo de fármacos
antidepresivos en demencia … casi iguala (en el numero de sujetos) a la suma
combinada de todos los otros trabajos previamente publicados”.
Para ser elegible para participar, los pacientes debían de
tener depresión durante al menos 4 semanas. Los pacientes que se consideraron
que estaban en riesgo de suicidio fueron excluidos del estudio.
De los 326 sujetos, 107 fueron asignados
al azar para recibir sertralina, 108 para recibir mirtazapina, y 111 para
recibir placebos (un comprimido con el aspecto de los de sertralina o los de
mirtazapina – según el caso- pero que no contenía ningún fármaco activo). El
ensayo fue a doble ciego, lo que significa que nadie, incluidos los
investigadores, proveedores de cuidados de salud de los sujetos, farmacéuticos
dispensadores de los medicamentos en estudio,
y los sujetos mismo del estudio, conocían a que grupo de estudio habían
sido asignados los sujetos. Este tipo de ciego es muy importante para estudios
que evalúan el efecto de diferentes tratamientos sobre síntomas psicológicos y
conductuales ya que ayuda a minimizar el potencial de sesgos en el estudio.
Todos los pacientes
también recibieron el tratamiento no farmacológico usual provisto por las
clínicas psicogeriatricas, que incluyó un amplio rango de intervenciones para
resolución de problemas y de soporte.
La depresión de los
sujetos se evaluó al comienzo del estudio y después de las semanas 13 y 39 de
tratamiento en estudiado utilizando un instrumento normalizado de evaluación
llamado Escala Cornell para depresión en demencia (CSDD), que ha mostrado ser
una herramienta válida para medir la gravedad de la depresión en pacientes ancianos
con demencia. La CSDD se cumplimenta con la información proporcionada por el
paciente y del cuidador, así como las observaciones hechas por el investigador
que realiza la
valoración. La variable resultado principal en el estudio fue
el cambio en la
puntuación CSDD. Un descenso en la puntuación CSDD
desde el momento basal indica una mejoría en la depresión, mientras que un
incremento en la puntuación indicaría un empeoramiento en la depresión.
Los investigadores
encontraron que después de 13 semanas de tratamiento, los sujetos en los tres
grupos habían mejorado significativamente en sus puntuaciones CSDD, y que esta
mejoría persistió en la semana 39. Por otra parte, no hubo diferencias
estadísticamente significativas en el grado de mejoría en las puntuaciones de
depresión entre los tres grupos después de 13 o 39 semanas de tratamiento,
demostrando que los fármacos antidepresivos sertralina y mirtazapina no eran
más efectivos que placebo en el tratamiento de la depresión en pacientes con
demencia.
Además de no obtener
beneficio del tratamiento con sertralina o mirtazapina, los sujetos que
recibieron estos fármacos experimentaron significativamente más sucesos
adversos que los sujetos que recibieron placebos. Durante las 39 semanas, 29 de
los 111 sujetos (26%) en el grupo placebo experimentaron uno o más sucesos
adversos, comparados con 46 de los 107 sujetos (43%) en el grupo sertalina, y 44
de 108 sujetos (41%) en el grupo con mirtazapina. Los investigadores informaron
que las reacciones gastrointestinales (usualmente náuseas) fueron más comunes
con el uso de sertralina, y las reacciones psicológicas (usualmente somnolencia
y sedación) fueron más comunes con el uso de mirtazapina.
La mayor fortaleza de
este estudio reside en que fue diseñado para casar estrechamente con la
práctica clínica en el mundo real, incrementando la probabilidad de que los
resultados fueran aplicables al paciente típico con demencia y depresión.
Estudios previos
Entre 1989 y 2010 se
habían publicado siete estudios previos aleatorizados, controlados con placebo,
que evaluaban el uso fármacos antidepresivos para el tratamiento de la
depresión en pacientes ancianos con demencia. Estos estudios anteriores habían
proporcionados resultados mixtos, con dos estudios sugiriendo que los
antidepresivos ofrecían alguna ventaja y cinco que no encontraron evidencia de
beneficio.
Seis de los siete
estudios tenían limitaciones significativas, incluyendo los dos que
proporcionaban datos que indicaba que los antidepresivos ofrecían algún beneficio
en el tratamiento de la depresión en los pacientes ancianos dementes. Estas
limitaciones incluyen un número pequeño de sujetos enrolados (variando de 24 a
44 por estudio), corta duración (solo 6 a 12 semanas de intervención a estudio)
y, en tres casos, herramientas de evaluación inadecuadas (se utilizaron
instrumentos de evaluación que no habían sido validados en pacientes ancianos
con demencia).
El mejor de los
estudios previos, publicado en The American Journal of Psychiatry en 2010, fue
un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo, que evaluó el
antidepresivo sertralina en pacientes con enfermedad de Alzheimer y depresión.
Se enrolaron ciento treintaiún sujetos procedentes de cinco centros médicos en
USA, de los cuales 67 fueron asignados para recibir sertralina y 64 asignados
para recibir placebo. Los investigadores evaluaron los síntomas de depresión de
los sujetos utilizando la CSDD en el momento basal y a las semanas 12 y 24
después de iniciado el tratamiento.
En consistencia con los
resultados del estudio de The Lancet, los investigadores del estudio de 2010
encontraron que la puntuación de depresión mejoró en ambos grupos, sin
diferencias estadísticamente significativas entre ellos. Sin embargo, los
efectos adversos (particularmente diarrea, mareo y sequedad de boca) se
produjeron con mayor frecuencia en los sujetos que recibieron sertralina.
Implicaciones del estudio de The Lancet
Los autores del estudio
de The Lancet, al discutir las
implicaciones de los resultados de su estudio, señalan lo siguiente:
El análisis de los datos sugiere
claramente que los antidepresivos, administrados junto a los cuidados normales,
no son clínicamente efectivos cuando se comparan con placebo para el
tratamiento de la depresión clínicamente significativa en la demencia. Este
hallazgo implica la necesidad de cambiar las actuales practicas de prescripción
de antidepresivos como tratamiento de primera línea de la depresión en demencia
causada por la enfermedad de Alzheimer.
Ellos llegan a recomendar que el tratamiento de la
depresión en el entorno de la demencia debe seguir una aproximación por pasos,
comenzando con una espera vigilante y seguida de intervenciones psicosociales
de baja intensidad. Posteriormente, si se necesitaran podrían utilizarse
intervenciones psicosociales más complejas.
El grupo de investigación en salud de Public
Citizen concuerda profundamente con las
apreciaciones de los investigadores. Los datos procedentes de los mejores
estudios hechos hasta la fecha indican que para pacientes deprimidos con
enfermedad de Alzheimer, que no sean suicidas, los fármacos antidepresivos no
proporcionan beneficio significativo pero aumentan el riesgo de efectos
adversos. Por tanto, los riesgos de los fármacos antidepresivos como
tratamiento inicial en tales pacientes sobrespasan sus beneficios. El
tratamiento con medicamentos antidepresivos generalmente debe reservarse para
aquellos pacientes que no respondan a intervenciones no farmacológicas.
Enlaces asociados
http://ebmh.bmj.com/content/15/1/17.extract
http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(11)60830-1/fulltext
http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(11)61031-3/fulltext
http://www.saludyfarmacos.org/lang/es/boletin-farmacos/
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