Emilio Pol
Trastorno
mental es un síndrome caracterizado por alteraciones clínicamente
significativas del estado cognitivo, la regulación emocional o el
comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos
psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.
Habitualmente los trastornos mentales van asociados a un estrés significativo o
una discapacidad, ya sea social, laboral o de otras actividades importantes.1
En la
literatura internacional se ha llegado al concepto de “trastorno mental grave y
persistente”, también denominado “trastorno mental severo”, “enfermedad mental
grave de larga evolución” o “enfermedad mental grave y crónica”, aunque éste
último está entrando en desuso dado el carácter peyorativo o estigmatizante que
puede tener el concepto “crónico” como opuesto a la posibilidad de recuperación
o mejora. Este concepto engloba tres dimensiones que deben estar presentes: un
diagnóstico psiquiátrico referido a patologías graves (psicosis, trastornos de
personalidad, etc.), una situación de discapacidad o desventaja provocada por
la enfermedad y un tiempo, referido éste a que el pronóstico de esta enfermedad
y de estas desventajas supone que no van a remitir o solucionarse en un breve
período temporal.2
Los aspectos
más importantes para considerar la efectividad de un tratamiento son: síntomas
afectivos y cognitivos, funcionamiento del paciente, bienestar subjetivo y
calidad de vida3. Es decir, lograr la rehabilitación. Rehabilitar es
‘restituir a una persona o cosa a su estado anterior’,
y rehabilitación es ‘el conjunto de métodos destinados a recuperar
una actividad o función perdida como consecuencia de un traumatismo o
enfermedad’. Evidentemente, en el campo médico éste es claramente el objetivo a
conseguir, pero dentro del campo de la intervención social, el concepto de
rehabilitación no hace ya sólo referencia a la mejora de capacidades o
habilidades, sino que también se refiere al conjunto de apoyos o condiciones
necesarias para que una persona se mantenga con un nivel de funcionamiento
determinado. Así, el rehabilitar incluye tanto el mejorar como el mantener o
evitar una situación peor durante el mayor tiempo posible 2.
En la
enfermedad mental uno de los factores por los que va a estar condicionada la
rehabilitación es el estigma social4. El estigma
social, como ya describió Goffman en 1963, se define como el rechazo social por
características o creencias que van en contra de las normas culturales
establecidas5. Las personas que padecen una enfermedad mental tienen
que enfrentarse diariamente tanto a los síntomas de la propia enfermedad como
al estigma. Los síntomas característicos de una enfermedad mental como pueden
ser las alucinaciones recurrentes, delirios o cambios de ánimo, pueden hacer
difícil, para alguien que los padezca, trabajar, vivir independientemente o
lograr una calidad de vida satisfactoria. Además de enfrentarse diariamente a
estos síntomas, estas personas tienen que lidiar con el estigma que produce ser
un enfermo mental, ya que las reacciones por parte de la sociedad dan lugar a
desventajas, ocasionando discriminaciones y prejuicios por parte de la
comunidad6.
Las personas
con enfermedad mental grave y persistente son los principales afectados por el
estigma que rodea a la enfermedad mental. Por una parte, son capaces de
identificar los estereotipos sociales sobre ellos y los prejuicios sobre sus
comportamientos a través de las experiencias de discriminación que viven a
menudo. Por otra parte, son víctimas del auto-estigma, al interiorizar estos
estereotipos sociales, lo que con frecuencia, provoca en ellos sentimientos de
minusvaloración y baja autoestima que fomentan la auto-discriminacion y el
auto-aislamiento social7. De esta forma, personas que llevan su
enfermedad mental lo suficientemente bien como para trabajar tienen sin embargo
graves dificultades para encontrar un empleo porque los empleadores los discriminan.
Los servicios comunitarios destinados a la reinserción pierden eficacia por
esto, y la rehabilitación se frustra6.
Podemos decir
que la enfermedad mental está muy estigmatizada debido principalmente a que
esas personas durante toda su vida van a llevar una etiqueta donde se les va a
caracterizar de ‘’locos’’, recibiendo un estigma desde que se levantan hasta
que se acuestan, provocandoles un sufrimiento y angustia en su vida diaria.
Estar
estigmatizado se define en el diccionario de la lengua como 1. m. ‘’Marca o
señal en el cuerpo’’; 2. m. ‘’Desdoro, afrenta, mala fama’’. La
segunda acepción implica que alguien sepa algo indeseable de tu historia.
Mientras que la primera implica que alguien vea algo indeseable en ti. ¿Se ve
la enfermedad mental? ¿La enfermedad mental conlleva rasgos físicos
particulares? El DSM-5 no hace referencia a ningún rasgo físico, por tanto las
características desveladoras de la enfermedad tienen que ser algo sobre añadido1.
El MesH
‘’social stigma’’ (estigma social) buscado en la base de datos PubMed se define
como un atributo percibido que está profundamente desacreditando y se considera
una violación de las normas sociales8. La valoración de la apariencia
física de las personas se considera un constructo social9. En un
metaanálisis donde se realizó una revisión de los estudios cualitativos en el
tratamiento antipsicótico cuando se habló sobre el estigma un paciente hizo el
siguiente comentario:
‘’Cuando sales,
es como anunciar que tienes una enfermedad mental, por que los efectos
secundarios llaman la atención sobre el hecho de que tienes una enfermedad
mental. Y aunque puede que estés bastante bien mentalmente, los efectos
secundarios te estigmatizan ... ni siquiera puedes ir a la casa de tu hermana y
salir al patio sin que los vecinos piensen que eres alguien que tiene una
enfermedad mental ... sabes tus piernas suben y bajan todo el tiempo y creen
que eres un lunático. Es como llevar un letrero en la frente’’ 10.
La apariencia
física ha sido asociada con el estatus y la autoestima, tanto como con las
oportunidades sociales. Las mujeres atractivas han sido juzgadas más felices,
psicológicamente más sanas, y se sienten más orgullosas de sí mismas que las
que no eran atractivas11. Las personas poco atractivas tienen menos
oportunidades a la hora de buscar empleo o pareja, y se las trata mucho peor en
diferentes situaciones cotidianas que las personas con mejor aspecto12.
Los individuos
atractivos reciben un tratamiento preferencial a lo largo de su vida, lo que
resulta en una mayor adaptación social13, lo cual se podría decir
que presentan una ventaja social definida14. Los individuos menos
atractivos reciben una retroalimentación social menos positiva, esto va a
suponer un factor estresante para ellos y va a interferir en el aprendizaje de
las habilidades sociales. En consecuencia, pueden ser más propensos a
desarrollar síntomas psiquiátricos, ser socialmente incompetentes y ser más
propensos a convertirse en pacientes psiquiátricos. Se vio que las personas
menos atractivas en el colegio, eran posteriormente diagnosticadas
psiquiatricamente con más frecuencia. Comparado con los controles, los
individuos con trastorno mental eran calificados con una menor puntuacion en el
atractivo físico, incluso después de haberlo controlado por edad y estatus
socioeconómico 13.
La hipótesis
anterior también puede explicar por qué los pacientes psiquiátricos físicamente
más atractivos permanecen fuera del hospital durante períodos prolongados, y
las mujeres con diagnósticos psiquiátricos más atractivas presentaron mejor
ajuste social según los informadores. Además, los pacientes con mejor atractivo
pueden ser mejor tratados por el personal y otros pacientes. Esto puede dar
lugar a un aumento de su autoestima y confianza, promoviendo que se diera el
alta antes12. Estos hallazgos fueron posteriormente verificados en
otro estudio14.
El atractivo
físico puede estar relacionado tanto con el inicio de la enfermedad mental como
con las consecuencias sociales de estar mentalmente enfermo. Esto sugiere que
puede haber algún proceso bidireccional donde la falta de atractivo físico
aumente el riesgo de enfermedad mental, y la enfermedad mental, a su vez,
disminuye el atractivo físico 12,14.
En general se
le presta poca atención a las variables que pueden influenciar el atractivo
físico de las personas que padecen algún trastorno mental. Las habilidades
sociales pueden considerarse como una de estas variables. Comparado con los
controles, los individuos con esquizofrenia demostraron un consistente déficit
en las habilidades sociales. Un estudio trató de valorar el atractivo físico de
un colectivo de personas con esquizofrenia, luego realizaron un juego de rol
para manifestar y puntuar sus habilidades sociales y posteriormente se volvió a
juzgar el atractivo de las mismas. Se encontró una correlación significativa
entre la valoración de la belleza tras realizar el juego de rol y la destreza
social manifestada durante el mismo, pero no entre la destreza social y la
valoración de la belleza antes del juego de rol. Ambas valoraciones de la
belleza correlacionaron significativamente entre sí13. Las
habilidades sociales deficientes en la enfermedad mental pueden aumentar las
percepciones negativas por parte de la comunidad a través de la disminución del
atractivo físico percibido del paciente. Esas percepciones negativas pueden dar
lugar a que se vea comprometida la recuperación de la integración social del
paciente, haciendo a la persona más vulnerable al estrés, recaídas y resultado
negativo de la enfermedad. De nuevo encontramos una relación bidireccional
entre belleza y habilidades sociales. El entrenamiento de las habilidades
sociales en los pacientes psiquiátricos podría tener multitud de beneficios más
allá de la enmienda de las habilidades13.
La pobreza
asociada a la enfermedad mental, de origen o como consecuencia de la deriva por
la enfermedad mental, puede ser una causa de pérdida de
atractivo. Un grupo de pacientes psiquiátricos hospitalizados se
compararon con tres grupos de control separados de nivel socioeconómico bajo,
medio y alto. Los pacientes mentales se consideraron significativamente menos
atractivos que los controles de ingresos medios o altos, pero no fueron
significativamente diferentes de los controles de ingresos bajos. Estos
hallazgos sugieren que ser físicamente poco atractivo puede predisponer a un
individuo a una serie de resultados sociales negativos, uno de los cuales es la
enfermedad mental14.
El padecimiento
de un trastorno mental tiene un gran impacto en el estilo de vida. En las
personas que padecen un trastorno mental, la apariencia física puede verse
dañada por diferentes factores como pueden ser la disminución de la capacidad
del autocuidado, la discriminación del cuidado por parte de otros y por los
acontecimientos adversos provocados por los psicofármacos.
Como
profesional farmacéutico hemos de retomar las palabras del paciente que
anteriormente hemos reseñado y preguntarnos si los medicamentos antipsicóticos
pueden contribuir a esta pérdida de atractivo, “un letrero en la frente”.
La efectividad de los antipsicóticos en cuanto a mejorar los síntomas positivos15 y
la prevención de recaídas en los dos primeros años de enfermedad es algo que ha
sido demostrado16. Pero estos beneficios pueden en parte verse
mermados por los efectos adversos que pueden suponer estigmatización, al ser
visibles y reveladores por otros. Una revisión refirió que en el plazo de un
año, los pacientes tratados con antipsicóticos que desarrollan
pseudoparkinsonismo es de 37-44%; akatisia 26-35%; discinesia tardía 1,1-4,5%.
Entre pacientes crónicos, la proporción de discinesia tardía fue del 14%. Los
efectos adversos anticolinérgicos también son muy frecuentes, en ensayos
clínicos la frecuencia de visión borrosa varió entre 10-20%, proporciones
similares sufren estreñimiento, la sequedad de boca se produce entre 5-33%; las
dificultades urinarias se presentan aproximadamente en un 10% de sujetos,
hipersalivación y babeo se produce en 4-42% de sujetos. Entre pacientes
hospitalizados tratados con antipsicóticos, la prevalencia de obesidad fue del
33%, 48% para sobrepeso, 66% presentaban dislipemia, 64% hipercolesterolemia y
30% hipertrigliceridemia.Se detecta hiperprolactinemia hasta el 42% de los
varones y 75% de las mujeres tratadas con antipsicóticos. La enuresis nocturna
se produce en 6-20% de sujetos que reciben antipsicóticos de amplio uso. Pueden
aparecer convulsiones en el 2,7% de sujetos con clozapina 300-600mg/día, con
más frecuencia a dosis mayores, y en un 0,8% puede causar agranulocitosis.
Somnolencia en el 39% de sujetos con olanzapina, pero con mucha mas frecuencia
aun con otros antipsicóticos. Muchos antipsicóticos prolongan el intervalo QTc,
se ha encontrado en un 8% de sujetos con monoterapia antipsicótica, en
politerapia este porcentaje es mayor17.
La principal
fuente de estudios para valorar la eficacia y seguridad de los medicamentos son
los ensayos clínicos. Además de las limitaciones intrínsecas de los ensayos
clínicos que los separan de la praxis diaria, en relación con los efectos
adversos nos encontramos con carencias en la forma en que estos son registrados
y evaluados. Una revisión mostró la escasez de evaluaciones acerca de las
experiencias subjetivas aversivas de los sujetos que están en tratamiento
antipsicótico. Las anormalidades metabólicas y la disfunción sexual también son
escasamente evaluadas. La descripción y notificación de estos efectos adversos
son inconsistentes. Por otra parte los efectos adversos extrapiramidales y el
aumento de peso son frecuentemente evalúados18.
La farmacoterápia
implica un balance entre los efectos positivos y los
efectos adversos indeseables10. La percepción de los
beneficios resultaría del conocimiento de la enfermedad y la eficacia de la
mediación según la experiencia de los síntomas residuales y el nivel de
funcionamiento (calidad de vida y empleo). Las desventajas incluirían los
efectos adversos de la medicación, el costo, el estigma y las molestias
asociadas con tener que tomar medicamentos psiquiátricos. Los pacientes
perciben tanto los síntomas como los efectos adversos de una manera similar.
Ambos impiden el bienestar del sujeto, es decir, normalidad de función,
sentimiento y apariencia hacia el mundo exterior. Entre los factores que
influyen en la respuesta subjetiva incluyen la experiencia previa con
medicamentos, las creencias sobre la salud y la calidad de la alianza
terapéutica 3.
Al parecer
existe una discordancia entre la evaluación de los efectos adversos por parte
de los clínicos y los pacientes. En un estudio se examinó la relación entre la
autoevaluación de los pacientes sobre los efectos adversos y las calificaciones
de los clínicos. Los pacientes relataron con más frecuencia los efectos
adversos y con más gravedad que los clínicos. Además, los clínicos evaluaron
los efectos adversos como menos estresante que los pacientes, por otra parte,
la interpretación de los síntomas era diferente entre ambos. Mientras los
psiquiatras evaluan las quejas como síntomas psicóticos los pacientes los
evaluaban como efectos adversos de la medicación19.
Respecto a
pacientes psicóticos adherentes, los no adherentes presentan un mayor riesgo de
recaídas (OR=10,27, p=0,01) y de hospitalización (OR=4,00, p=0,03)20. El 74% de los
pacientes dejan de tomarse la medicación antes de los 18 meses21. Aproximadamente
la mitad de las personas tratadas con antipsicóticos no cumplía con la
medicación debido a los efectos adversos22.
En un estudio
de 239 pacientes, hubo una correlación positiva entre el índice de masa
corporal (IMC) y el incumplimiento de la medicación antipsicótica. Los
individuos obesos tenían dos veces más probabilidades de no cumplir con la
medicación que aquellos cuyo IMC estaba dentro del rango normal (25 kg/m2).
La angustia subjetiva con el peso corporal también predijo el incumplimiento,
independientemente del estado real del peso corporal 3. En otro
estudio, la mitad de los participantes aumentaron en un 7% su peso base y el
43,1% tenían sobre peso después de estar 1 año con antipsicóticos. Un 86% de
los pacientes que se percibieron con exceso de peso creían que los
antipsicóticos eran los responsables, el 72% de los creían esto redujeron la
dosis por cuenta propia23.
Se realizó un
grupo focal con 10 pacientes internos en un hospital mental, 4 chicas y 6
chicos con edades entre 30 y 61 años, que recibían tratamiento antipsicótico y
estaba previsto darles en breve de alta por mejoría. Cinco afirmaron
desde su experiencia que eran percibidos como personas perezosas y que su
enfermedad era revelada debido a los problemas de coordinación causados por la
medicación; tres se quejaban de dificultad para pensar, falta de
concentración, cansancio y rigidez muscular manifestada como torpeza. Solo 2
relataron críticas de familiares cercanos, uno por estar en la cama demasiado
tiempo y el otro por su torpeza. Debido a los efectos adversos 7 participantes
admitieron haber reducido la dosis o saltarse la medicación diaria. Tres de los
pacientes no distinguían bien entre los efectos adversos y los síntomas de la
enfermedad. Uno relató una de sus experiencias vividas en el trabajo: ‘’Estoy
de mal humor, porque sé que no trabajo lo suficientemente bien debido a la
medicación y cuando alguien me dice algo y me pongo completamente enfadado’’24.
Es frecuente
ver en un corto periodo de tiempo, como una persona joven en su primer episodio
de psicosis y tras haber iniciado el tratamiento antipsicótico, se vuelve
descuidada y con considerable aumento de peso. Es alarmante para los clínicos,
la persona afectada y su familia11. Este cambio subjetivo
experimentado en una fase temprana del tratamiento antipsicótico se ha descrito
comúnmente como sentirse ‘’apático’’, ‘’momificado’’, ‘’como zombis’’, y ‘’ser
incapaces de pensar’’25.
Otro comentario de un paciente,
citado en un metanàlisis, ilustra como un efecto adverso inicialmente
desagradable puede convertirse, convenientemente manejado, en un punto de
apoyo, al reinterpretar la falta de saliva como prueba de eficacia de la
medicación:
‘’Era como el
menor de dos males ... Puedes estar asustado y paranoico o no puedes tener
saliva. Iba a tomar el no saliva, pero ... fue prueba y error ... Me alegro de
haber llegado a este estado ... donde realmente siento que están
trabajando’’ 10
He recopilado
mis apreciaciones sobre el aspecto de personas con enfermedad mental que
conocido durante mis practica pregrado, en un centro de media-larga
estancia para enfermos mentales. Las comento a continuación.
Paciente nos
cuenta que por la noche se ha orinado en la cama y que le han castigado: ‘’Me
pasa todas las noches, tengo que tener algo malo. Yo quiero un milagro y no me
lo hace.’’ ‘’Siempre se empapa la sabana, yo soy crónico, me pasa
siempre, no lo hago a posta, me castigan, estoy harto de la vida. ¿Por qué me
pasa esa enfermedad siempre? Y mañana me pasará y al otro también’’.
Paciente
externo que acude a la farmacia muy preocupado quejándose de la importante
xerostomía que presenta. Nos cuenta que se lo ha comentado en varias ocasiones
a su psiquiatra pero que la única solución que le ofrece es que beba agua en
cantidad. Él nos cuenta que aunque beba agua le es muy incomodo y le interfiere
mucho en su día a día. Observo que presenta un surco blanco de baba espesa
y seca alrededor de los labios.
Paciente acude
a la farmacia quejándose de que huele mal. “Dadme algo para el olor del
sudor. Me lo dicen las auxiliares, dicen que no me ducho”.
Auxiliar de
enfermería A, cuenta que antes cuando trabaja en planta con los pacientes había
una paciente X a la que le costaba mucho levantarse de la cama y realizar las
actividades propuestas, como por ejemplo ir al castillo de alicante, y que ella
y otras auxiliares le obligaban a levantarse de la cama y realizar las mismas
actividades y con la misma intensidad que a los otros pacientes. Después la
auxiliar A fue cambiada de área de trabajo a la farmacia del psiquiátrico donde
se dio cuenta que la paciente X estaba siendo tratada con una dosis (en mg
equivalentes de clorpromazina y de diazepam) mucho mayor que sus compañeras y
por eso le costaba tanto realizar las actividades. La auxiliar A dice que “si
hubiera sabido esto antes no habría tratado a la paciente D como si
fuera una vaga”.
Una chica de
mediana edad se encontraba sentada en una silla y presentaba obesidad.
Le costaba mucho realizar la acción de levantarse, su postura era muy
curvada además. Sufría sialorrea tan apreciable y el
monitor le instaba constantemente a limpiarse.
Mujer de
mediana edad se encontraba sentada sobre un bordillo con las rodillas
flexionadas y con los brazos apoyados sobre estas, he observado que movía
constantemente las piernas. Tenía muchas manchas en los dientes.
Cuenta que lleva 8 meses ingresada y desde entonces ha ganado 3 kilos y le ha
salido bastante barriga y dice que le gustaría cambiarlo
porque le subiría bastante la autoestima (ha dicho ‘’autoestima’’ por ella
misma). Piensa que talleres de peluquería o para mejorar algún aspecto del
físico también ayudaría a otras pacientes. Dice que antes no se medicaba tanto
como cuando entro aquí. Además comenta que le gustaría encontrar un trabajo.
Mujer de 53
años con las extremidades muy delgadas pero barriga prominente. El
pelo corto y rubio. Vestida con chaqueta de piel, leggins y botas. Cuenta que
hace 30 años sabía hacerse muy bien la manicura, pero con el paso del tiempo y
por su enfermedad cada vez le va costando más, que también sabia vestir muy
bien. Nos cuenta que ahora se ve horrible pero no quiere decir
que cosas cambiaria de su aspecto porque era un secreto. También que se
ha ido dejando con el paso del tiempo. Llama la atención la
significativa distonía oromandibular que presenta, además es
bastante complicado entender lo que dice ya que con el paso del tiempo ha
ido perdiendo todos los dientes.
Mujer de
mediana edad. Cuando se habla del cuidado y la imagen personal, dice que pasa
del tema, no le da importancia porque dice que no esta motivada como
para hacer cambios, que no le apetece ahora. Destaca que tiene los dientes
bastante dañados.
Paciente joven,
nos cuenta que lleva dos semanas ingresado y que se encuentra muy
cansado y le cuesta mucho hablar, solo le apetece tumbarse y
tomar el sol, que antes de ingresar estaba medicado pero ahora está más.
Paciente con
aspecto delgado y buen olor, con dientes escasos y bastante dañados,
nos cuenta que le preocupa su medicación porque antes era una persona
superenérgica que le encantaba realizar actividades y que desde que le han
modificado el tratamiento por la mañana no puede ni tomar el sol porque se
aplatana mucho, que se duerme, que le falta mucha
energía.
Observo a los
pacientes deambulando, me llama la atención la posición de las
extremidades superiores en todos es como si les pesara, caídas.
También
intervine como observadora en grupos terapéuticos realizados por las
enfermeras, trabajadoras sociales y psicólogas del psiquiátrico. Transcribo
literalmente algunos comentarios que hicieron sobre su aspecto físico.
Comentarios que
indican efectos sobre el aspecto: ‘’Pues que me han hecho el cuerpo un
crimen porque el cuerpo como estaba me gustaba a mí.’’ ‘’Pues yo me
encuentro fatal desde que he engordado’’. ‘’No quiero ponerme gordo’’. ‘’Cada
vez me gusta menos mi aspecto físico’’.
‘’Necesito café
porque es que estoy que me caigo, que no me sostengo’’. ‘’Que no estas agusto,
que te da sueño y tienes que dormir, si no es que pareces que no sabes ni que
hacer ni hacer nada tampoco, entonces.’’. ‘’La somnolencia me dificulta
relacionarme’’.
‘’A mí me
dieron una, que cogí parkinsonismo y cogía el vaso de leche y cloc me lo tiraba
encima’’. ‘Es que yo me iba con mi hijo a un restaurante y yo tenía que coger
el vaso con las dos manos’’
Comentarios que
indican estigmatización: ‘’Es mejor tener un aspecto físico bien, guapo
porque la gente no te rechaza’’. ‘’Me preguntó un chico ¿tú estas
enfermo?’’.
Comentario que
indica falta de información al paciente: “’A mí me lo dijo mi
psiquiatra eso, que si leía los prospectos me iba a asustar, que si no los leía
que mucho mejor.’’
Comentarios que
indican que los pacientes quieren fundamentalmente estar bien. ‘’Yo soy
incapaz de quitarme una pastilla si no lo hablo con el facultativo, me da
miedo, me da miedo porque he estado muy mal y me da miedo y además que no se si
me quito la acertada, tomo muchas, no se si..’’. ‘’Yo notaba que
era esa pastilla la que la que no me no me iba bien, no me iba bien y yo
incluso se lo dije a la psiquiatra, a mi psiquiatra me lleva, y entonces pues
ella claro ella es la profesional y me cambió por otra medicación’’. ‘’Quiero
estar un poco más delgada, no, pero sobre todo estar bien psíquicamente’’. ‘’No
me fijo tanto en el aspecto físico como en los hechos’’. ‘’Me encuentro dentro
de lo normal a excepción de mi dentadura’’
Se
encontraron pocos estudios que cuenten como perciben los pacientes los efectos
adversos relacionados con el aspecto físico y de que manera les afecta en sus relaciones
interpersonales. Hay casos donde esto afecta a la adherencia terapéutica,
además de dificultar el proceso de rehabilitación.
Considerando
los ejemplos expuestos podemos decir que los beneficios derivados del uso de
medicamentos antipsicóticos pueden verse mermados como resultado de sus efectos
negativos sobre la apariencia de diversas maneras. Los efectos adversos que más
afectan negativamente a la imagen personal son: aumento de peso, problemas en
los dientes, hirsutismo, acné, sialorrea, distonías, marcha parkinsoniana,
discinesias e incontinencia urinaria11.
Las
numerosos causas por las que las personas tratadas con antipsicóticos dejan de
tomar la medicación han sido investigadas, no obstante las razones subjetivas
por las que los pacientes están dispuestos o no a tomar la medicación han sido
raramente examinadas 26 . Así mismo los efectos adversos
relacionados con la apariencia y que modifican el atractivo físico de una
persona son inusualmente mencionados en la literatura11.
Se
ha procedido a exponer casos de personas que han sufrido algún efecto
secundario relacionados con la apariencia física, ya que son frecuentes en la
práctica diaria y los profesionales de la salud suelen subestimar este tipo de
problemas sin darle importancia a la percepción que el paciente tiene acerca de
lo que le está sucediendo.
Los
clínicos deben ser conscientes del impacto de los fármacos en la apariencia y
de la importancia de esto 11. Hay que tener en cuenta que los
jóvenes se pueden sentir más afectados a la hora de sufrir problemas
relacionados con la imagen corporal 27.La comprensión de estos
efectos adversos es esencial para evitar el abandono del tratamiento a espaldas
del equipo asistencial, con el consiguiente riesgo de recaídas y
rehospitalización 28.
La
prevención y el tratamiento temprano de estos problemas repercutiría en la
rehabilitación del paciente. Supongamos que una persona en un momento
determinado se pone enferma y tiene que pasar varios días en casa u
hospitalizada, al cabo de unos días presentará un aspecto desarreglado y
descuidado y para esa persona será necesario arreglarse, verse guapa/o,
socializarse y salir a la calle, lo cual va a aumentar la autoestima
promoviendo quizás que el proceso de curación se acelere; supongamos que esto
les ha pasado a todas las personas en algún momento de su vida, para alguien
que sufra un trastorno mental crónico será de gran importancia para ayudarle a
que no tenga recaídas y que el curso de la enfermedad se desenvuelva lo mejor
posible. Estas personas no suelen tomar la iniciativa para resolver estos
problemas, pero una vez que se solucionan es común observar un aumento en su
satisfacción.
Debido
a lo avergonzados que se pueden sentir estas personas, como profesionales de la
salud debemos de preguntarles directamente sobre este tipo de problemas, ya que
por ejemplo en un estudio donde se entrevistó a 103 pacientes sobre todos los
efectos secundarios durante el tratamiento de mantenimiento con clozapina, solo
1 paciente contó en el interrogatorio general haberse orinado en la cama, lo
cuál provocó que otros 40 pacientes (39%) contaran que ellos también habían
experimentado enuresis nocturna. 29.
Se
encuentran casos donde dejan de tomar la medicación, porque les dan más
importancia a lo efectos adversos que ellos perciben como intolerables antes
que a la mejoría de los síntomas de la enfermedad, cuando no encuentran acogida
a sus quejas por el equipo asistencial, viéndose forzados a realizar esto. Sin
embargo también hay casos donde se le da más importancia a estar
psicopatológicamente bien antes que a los efectos adversos.
Los
trastornos mentales están relacionados con el suicidio y el estigma. Muchas
consecuencias del estigma como puede ser el aislamiento social, desempleo, la
desesperanza o estrés, son factores de riesgo de suicidio 30 .
Además numerosos estudios han encontrado asociaciones entre el autoestigma y el
pensamiento suicida, incluso después de haber controlado los síntomas de la
enfermedad. Sin embargo, el pensamiento suicida pocas veces es incluido como
efecto adverso en los estudios tradicionales. En la encuesta en primera persona
más grande hasta la fecha y el primer cuestionario para preguntar directamente
sobre la tendencia suicida, el 58 % reportó ideación suicida como resultado de
tomar antipsicóticos y el 21% ideación suicida grave.22 En
estudios posteriores sería importante preguntarse si la estigmatización por lo
estropeadas que están estas personas tiene algo que ver con la idea del
suicidio.
Muchos
de los efectos adversos que afectan a la apariencia pueden manejarse con
tratamiento farmacológico añadido, pero es importante destacar la
importancia de priorizar e intentar solventar el problema primero con el
tratamiento no farmacológico, ya que el fármaco adicional que se utilice puede
provocar otro tipo de efectos adversos o incluso en las personas polimedicadas
puede provocar interacciones. Además no todos van a responder igual al mismo
tratamiento, por ellos es importante probar varias estrategias hasta dar con la
correcta y personalizar el tratamiento al paciente.
Lo
que más llama la atención en los pacientes con trastorno mental crónicos es lo
estropeados que tienen los dientes y la escasez de estos, además de la marcha y
postura, la barriga y la sialorrea.
Es
de especial relevancia evaluar la perspectiva que tienen los pacientes,
especialmente las actitudes que tienen hacia la medicación en relación a la
experiencia con los efectos adversos. Con el fin de mejorar la adherencia al
tratamiento, es importante entender cuáles son las causas por las que los
pacientes dejan de tomar la medicación. Con ello individualizar el tratamiento
para satisfacer las necesidades específicas de la persona que está siendo
tratada, haciendo así que este sea más efectivo.31 Al inicio
del tratamiento, es necesario planificar estrategias preventivas y terapéuticas
con el fin de evitar que tengan lugar este tipo de efectos adversos.
A
menudo los pacientes tienen preguntas sin respuesta sobre los efectos adversos
y la lógica del tratamiento. Pocas veces estas cuestiones son explicadas
creando una importante incertidumbre en el paciente sobre los efectos adversos
que pueden surgir y sin saber cómo manejar esta situación si tiene lugar. Esto
puede provocar sentimientos de impotencia y resignación y la posible terminación
del tratamiento antipsicótico 10 Para ello es
importante que los pacientes se sientan involucrados en las decisiones del
tratamiento y proporcionar información suficiente, incluidos los posibles
efectos adversos. Se tiene que educar al paciente sobre los posibles efectos
adversos que pueden surgir y que aprendan como poder manejarlo y en qué momento
buscar ayuda para que se solucionen. Esto quizás puede mejorar o incluso
prevenir actitudes negativas hacia la mediación y los problemas de
adherencia 26.
Además
de educar a los pacientes sería conveniente la educación a los cuidadores, ya
que en ocasiones pueden exigirles demasiado, sin tener en cuenta en qué estado
se encuentra su cuerpo debido a los efectos adversos.
Es
frecuente que los pacientes informen sobre los efectos adversos que padecen con
mayor frecuencia y que sean evaluados con mayor gravedad que los clínicos 19,
por ello es importante discutir las distintas necesidades de unos y otros para
llegar a un acuerdo. La principal estrategia sería establecer una buena
relación entre el profesional y el paciente y con ello una adecuada alianza
terapéutica 3. Para ello es necesario llevar a la práctica la
toma de decisiones compartidas, donde además de informar sobre los diversos
tratamientos y sus reacciones adversas. Los pacientes lo que más desean es ser
escuchados y que sus intereses y deseos queden incorporados en la decisión. Con
ello se aumentaría la autonomía del paciente pero sin dejarles solos ante la
decisión. 32 Sin embargo, una de las barreras más
importantes para la aplicación del proceso de decisión compartida en salud
mental es la cuestión en la capacidad del enfermo mental, pero esta debe ser
potenciada día a día. 33. Es una práctica esencial para obtener
una adhesión relevante y participación del paciente en su proceso de
recuperación, lo cual puede tener resultados satisfactorios en el desarrollo de
la enfermedad.34 Se ha visto que esto es esencial para
mantener el cumplimiento de la medicación, y se ha asociado con una mayor
aceptación del tratamiento farmacológico y mejores resultados funcionales. Una
mala alianza con un terapeuta o clínico o un contacto menos ambulatorio es, por
lo tanto, predictiva de incumplimiento 3.
La
farmacia comunitaria podría tener un papel activo e importante en el
asesoramiento este tipo de efectos adversos, ya que conocen a sus clientes y
saben el tratamiento que llevan, puesto que frecuentemente les dispensan los
medicamentos prescritos en la receta. Las estrategias propuestas para
solucionar estos problemas no suelen precisar receta médica, con lo cual puede
ser una oportunidad para la farmacia para dar a conocer productos de
autocuidado a estos pacientes, que les ayude a recuperar la dignidad de su
apariencia. Esta idea se aplicaría con la finalidad de disminuir el estigma que
reciben estas personas diariamente, aumentar su autoestima y con ello tener más
oportunidades a la hora de integrarse socialmente, buscar un trabajo o pareja y
recibir un trato mejor por parte de otras personas. Hay experiencias positivas
al respecto 35
Investigaciones
futuras tendrían que evaluar cómo se sienten estas personas con su aspecto
físico y si les interfiere en la recuperación de su enfermedad.
CONCLUSIONES
1º)
Se ha demostrado en la práctica clínica que los psicofármacos pueden dar lugar
a efectos adversos que estropean el atractivo físico de una persona.
2º)
Estos problemas pueden afectar a la adherencia del tratamiento, a la
rehabilitación y con ello a las relaciones interpersonales. Para ello es
importante establecer una buena alianza terapéutica y conocer las
preocupaciones del paciente, sin subestimar los problemas que le puedan surgir.
Ello permitiría establecer estrategias preventivas al comienzo del tratamiento
y una vez que tienen lugar solucionar estos problemas de forma temprana para
que no afecte a la rehabilitación del paciente.
3º)
Nosotros como farmacéuticos tenemos un importante potencial en esta área poco
conocida y trabajándola puede traer buenos resultados en la evolución de la
enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA
1 Asociación Estadounidense de Psiquiatría . Manual diagnóstico
y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (Quinta edición). Madrid.
Editorial Médica Panamericana. ISBN: 978-8-4983-5810-0. 2014
2 Genetalidad Valenciana. Servicio valenciano de salud.
Atención para personas con trastorno nental grave. Plan de atención integral.
2011. Accesible en
http://www.san.gva.es/documents/156344/166915/Trastorno+mental+Grave.PAI.pdf,
acceso en 01/03/2019
3 Chue P. The relationship
between patient satisfaction and treatment outcomes in schizophrenia. J
Psychopharmacol. 2006; 20(6 Suppl):38-56.
4 Cunningham KC, Lucksted A.
Social cognition, internalized stigma, and recovery orientation among adults
with serious mental illness. Psychiatr Rehabil J. 2017; 40:409-411.
5 Goffman E. Estigma: La identidad deteriorada. 10 edición.
Buenos Aires: Amorrortu; ISBN: 950-518-016-0. 2006.
6 Arnaiz A, Uriarte J. Estigma y enfermedad mental. Norte de
salud mental. 2006; :49-59.
7 Muñoz M, Pérez Santos E, Crespo M, Guillen AI. Estigma y
enfermedad mental. 1º edición. Madrid. Editoriañ complutense. ISBN:
978-84-7491-980-6. 2009
8 Pubmed.gov. MesH: social
stigma. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/mesh/?term=social+stigma
9 Rosa Behar A. La construcción cultural del cuerpo: El
paradigma de los trastornos de la conducta alimentaria. Rev Chil Neuro-psiquiat. 2010; 48 (4): 319-334
10 Bjornestad J, Lavik KO,
Davidson L, Hjeltnes A, Moltu C, Veseth M. Antipsychotic treatment - a
systematic literature review and meta-analysis of qualitative studies.J Ment
Health. 2019; :1-11
11 Seeman MV. Antipsychotics
and physical attractiveness. Clin Schizophr Relat Psychoses. 2011;
5(3):142-146.
12 Farina A, Burns GL, Austad
C, Bugglin C, Fischer EH. The role of physical attractiveness in the
readjustment of discharged psychiatric patients. J Abnorm Psychol. 1986;
95(2):139-43.
13 Penn DL, Mueser KT, Doonan
R. Physical attractiveness in schizophrenia. The mediating role of social
skill. Behav Modif. 1997; 21(1):78-85.
14 Napoleon T, Chassin L, Young
RD. A replication and extension of "physical attractiveness and mental
illness". J Abnorm Psychol. 1980; 89(2):250-3.
15 Leucht S, Arbter D, Engel
RR, Kissling W, Davis JM. How effective are second-generation antipsychotic
drugs? A meta-analysis of placebo-controlled trials. Mol Psychiatry. 2009;
14(4):429-47.
16 Leucht S, Tardy M, Komossa
K, Heres S, Kissling W, Salanti G, Davis JM. Antipsychotic drugs versus placebo
for relapse prevention in schizophrenia: a systematic review and
meta-analysis. Lancet. 2012; 379(9831):2063-71.
17 Pol E. Antipsicóticos para la
esquizofrenia: paradigma de los medicamentos psiquiátricos. Salud colectiva. 2015; 11(1):115-128.
18 Pope A, Adams C, Paton C,
Weaver T, Barnes TR. Assessment of adverse effects in clinical studies of
antipsychotic medication: survey of methods used. Br J Psychiatry. 2010;
197(1):67-72.
19 Lindström E, Lewander T,
Malm U, Malt UF, Lublin H, Ahlfors UG. Patient-rated versus clinician-rated
side effects of drug treatment in schizophrenia. Clinical validation of a
self-rating version of the UKU Side Effect Rating Scale (UKU-SERS-Pat). Nord J
Psychiatry. 2001; 55 Suppl 44:5-69.
20 Morken G, Widen JH, Grawe
RW. Non-adherence to antipsychotic medication, relapse and rehospitalisation in
recent-onset schizophrenia. BMC Psychiatry. 2008; 8:32.
21 Lieberman JA, Stroup TS,
McEvoy JP, Swartz MS, Rosenheck RA, Perkins DO, Keefe RS, Davis SM, Davis CE,
Lebowitz BD, Severe J, Hsiao JK. Effectiveness of antipsychotic drugs in
patients with chronic schizophrenia. Clinical Antipsychotic Trials of
Intervention Effectiveness (CATIE) Investigators. N Engl J Med. 2005 Sep;
353(12):1209-23.
22 Read J, Williams J. Positive
and negative effects of antipsychotic medication: an international online
survey of 832 recipients. Curr Drug Saf. 2019 Mar 1.
23 Wong MM, Chen EY, Lui SS,
Tso S. Medication adherence and subjective weight perception in patients with
first-episode psychotic disorder. Clin Schizophr Relat Psychoses. 2011;
5(3):135-41.
24 Novak L, Svab V.
Antipsychotics side effects' influence on stigma of mental illness: focus group
study results. Psychiatr Danub. 2009; 21(1):99-102.
25 Ling CY, Klainin-Yobas P,
Ignacio J. The impact of antipsychotic side-effects on attitudes toward
medication in patients with schizophrenia and related disorders: a systematic
review. JBI Libr Syst Rev. 2011; 9(22):791-832.
26 Löffler W1, Kilian R, Toumi
M, Angermeyer MC. Schizophrenic patients' subjective reasons for compliance and
noncompliance with neuroleptic treatment. Pharmacopsychiatry. 2003;
36(3):105-12.
27 Cash TF, Pruzinsky T. Body
image: a handbook of theory, research, and clinical practice. New York: The
Guilford Press;2004.
28 Wong MM, Chen EY, Lui SS,
Tso S. Medication adherence and subjective weight perception in patients with
first-episode psychotic disorder. Clin Schizophr Relat Psychoses. 2011;
5(3):135-41.
29 Barnes TR, Drake MJ, Paton
C. Nocturnal enuresis with antipsychotic medication. Br J Psychiatry. 2012;
200:7-9.
30 Rüsch N, Zlati A, Black G,
Thornicroft G. Does the stigma of mental illness contribute to suicidality?. Br
J Psychiatry. 2014; 205(4):257-9.
31 Seeman MV. Women who suffer
from schizophrenia: Critical issues. World J Psychiatry. 2018; 8(5):125-136.
32. Ramos Pozón S. Las
decisiones compartidas en salud mental: mitos, barreras y beneficios. Rev
Psiquiatr Salud Ment. 2016; (3):175-6
33 Villagrán JM, Lara Ruiz-Granados I,
González-Saiz F. Aspectos conceptuales sobre el proceso de decisión compartida
en salud mental. Rev.Asoc.Esp.Neuropsiq.,2015; 35(127),455-472.
34 Valverde MA, Inchauspe JA. ¿Hay lugar
para el consentimiento informado en los tratamientos de las personas con
psicosis? Una reflexión sobre el tratamiento de las psicosis. Rev. Bioética y
Derecho no.30 Barcelona 2014.
35 Schneiderhan MK, Shuster SM,
Davey CC. Twelve-month prospective randomized study of pharmacists utilizing
point-of-care testing for metabolic syndrome and related conditions in subjets
prescribed antipsychotics. Prim. Care Companion CSN disord. 2014;
16(5):doi 10.4088/PPC.14m01669.
No hay comentarios:
Publicar un comentario